Elon Musk ha logrado su objetivo deseado. Neuralink, la empresa de neurotecnología que fundó en 2016, acaba de obtener la aprobación de la FDA para iniciar estudios clínicos en humanos con implantes cerebrales. La propia Neuralink ha anunciado este hito, señalando que marca el comienzo de una nueva fase.
Neuralink busca dejar atrás un año lleno de controversias, donde enfrentó varias denuncias por prácticas médicas irresponsables. Ahora, pretende pasar de los experimentos con monos jugando al Pong a los ensayos con seres humanos. Esto representa un nuevo capítulo para Neuralink.

Nueva etapa para la compañía estadounidense.

A mediados del pasado diciembre, Neuralink reveló la creación de un registro de pacientes dispuestos a probar estos implantes. Específicamente, la empresa de Musk buscaba adultos mayores de edad con tetraplejia, paraplejia, pérdida de visión, sordera o afasia.

Los ensayos clínicos en seres humanos no siempre salen como se espera. Sin embargo, si la rigurosa FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) aprueba estos tests, significa que cuentan con las garantías necesarias en principio. Neuralink ha anunciado que ha obtenido la aprobación, aunque aún no ha llegado una confirmación oficial del organismo regulador. Elon Musk ha felicitado rápidamente a su empresa. Hasta ahora, solo se ha recibido la aprobación, pero Neuralink aclara que los ensayos clínicos en humanos aún no han comenzado.

Desde 2019, la compañía ha anunciado públicamente su intención de iniciar estos ensayos clínicos. Según Reuters, la primera solicitud se presentó a principios de 2022, y la FDA inicialmente la rechazó, según informaron empleados actuales y antiguos. Algo ha cambiado este año, ya que aparentemente el organismo regulador finalmente les ha dado el visto bueno. La aprobación de la FDA cumple con lo prometido por Elon Musk, quien en diciembre explicó que buscaban obtener el permiso antes de seis meses.

En qué consistiría.

Neuralink ha desarrollado un dispositivo capaz de tratar a pacientes con discapacidades neurológicas. Se trata de un implante que consta de cables y electrodos. Una de las metas de esta interfaz cerebro-computadora es permitir que una persona se comunique mediante sus pensamientos, un objetivo que se ha investigado durante décadas pero aún no se ha logrado.

Los objetivos de la empresa de Elon Musk son sumamente ambiciosos. Sin embargo, también conllevan riesgos, ya que en los ensayos con animales se registró un porcentaje significativo de muertes. De los 23 monos involucrados, 15 fallecieron o tuvieron que ser sacrificados.

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